miércoles, 2 de julio de 2014

Carta de un servidor a su madre: 50 años siendo mujer, 19 años siendo madre...

Para mamá...

Felicidades, y bienvenida al túnel del tiempo...

Un niño nace en una habitación cualquiera del hospital San Agustín. Una bolita rubia, que termina reposando en tus brazos. Casi 19 años después, aquél niño que solo lloraba sin cesar, quiere agradecerte, en un día como hoy, todo lo que has hecho por él a lo largo de todo este tiempo, por haber estado siempre a su lado, sin haberte perdido ni un sólo momento de su vida hasta ahora.

Durante 15 años, has permanecido sola, junto a mí, esperando el día que pudiera volar solo; y ahora mamá, he aprendido a volar. Durante ese proceso, hemos crecido juntos. Hemos compartido alegrías y penas, sonrisas y lágrimas. Y por todo esto, quiero agradecerte cada una de las cosas que has hecho por mí:

Gracias mamá, por enseñarme que en la vida, aunque tropiece, entre la multitud siempre habrá una mano dispuesta a ayudarme a seguir adelante; la tuya.
Gracias mamá, por mostrarme tan buenos valores como el compromiso, la sinceridad o el cariño.
Gracias mamá, por compartir conmigo tu vida, por dar todos tus recursos para que yo algún día pueda darle a alguien el mismo regalo que tú me has dado, y que aún hoy conservo en mi corazón, el regalo de la vida.

Por esas tardes de domingo que pasábamos juntos en cualquier parque, por compartir conmigo tus sentimientos y dejar que yo lo hiciese con los míos, por ir a llevarme y a recogerme a todas partes, ya brillase el sol, lloviese o nevase, por esas tardes interminables ayudándome a preparar los exámenes de todas y cada una de las asignaturas...

Porque tú, mamá, con todas estas, y con muchísimas más cosas, has hecho de mí alguien de provecho; y lo más importante, lo has conseguido sola. Porque si ya tiene mérito el haber conseguido lo que tú has conseguido, aún más lo tiene el haberlo hecho sin ayuda.

Que como ya bien sabes, solo nos tenemos el uno al otro, y justo por eso espero que sigas siendo, ahora y siempre, la persona que me pueda escuchar, aconsejar y abrazar, en cualquier momento a lo largo de mi vida. Gracias por estar siempre ahí, cuando nadie más lo está.

                                                             Te quiero